En el diario vivir, hay prioridades que suelen dejarse atrás o que simplemente no se les presta la atención que estas requieren. Desafortunadamente, aunque tú lo quieras o no estas prioridades tarde que temprano van a tocar a tu puerta. Y lamentablemente, esto suele ocurrir cuando ya es demasiado tarde.
Observemos porque a veces es necesario que suceda un desastre o un incidente lamentable para forzar a las personas a priorizar. Veamos también cuál es ese elemento que te puede ayudar a evitarlo.
Creo que casi todos nos hemos enterado de una historia como esta: hace unas semanas una amiga me pidió que tuviera en mis oraciones al Pastor de su Iglesia. Esto llamó mucho mi atención, ya que regularmente no tenemos este tipo de peticiones. Le dije a mi amiga que por supuesto yo lo haría, pero que me explicara un poco más que estaba pasando. Ella me contó que él Pastor estaba en el hospital muy grave debido a que habían subido su azúcar y su colesterol a un nivel que había ocasionado una serie de complicaciones que afectaron a su corazón. Pero, que gracias a los cuidados médicos y a su colaboración para mejorarse, ahora estaba mejor.
El resto de la historia creo ya la sabes; si este Pastor no hubiese puesto como prioridad su salud, la siguiente parte de la historia hubiera sido más funesta.
Si lo vemos desde el punto de vista empresarial, podemos tomar como ejemplo el hecho de que, en los Estados Unidos, según la Oficina de Defensoría de Pequeños Negocios (SBA) en su reporte del 2018 se confirmó que aproximadamente el 80% de las pequeñas empresas sobreviven a su primer año. Un número sorprendentemente alto, sobre todo si se toma en cuenta la creencia generalizada de que la mayoría de las empresas fracasan durante su primer año.
Sin embargo, no es la misma historia después del primer año, donde este número cae bruscamente. Solo la mitad de las pequeñas empresas que sobreviven superan la marca de los cinco años, con un rango de 45% a 51%, dependiendo del año en el que se inició el negocio. Más allá de este periodo, solo una de cada tres pequeñas empresas llega a la marca de los 10 años y vive para contar su historia. Estoy segura de que estos negocios que logran contar su historia hicieron ajustes a tiempo tanto a sus prioridades, como a su planeación estratégica.
Este tipo de historias, que espero no sea la tuya, las vemos y escuchamos con mucha frecuencia. Como coach ejecutivo, mentor y entrenador, lo presenció cada día. Escucho una y otra vez historias en donde si se hubieran tomado las decisiones correctas, si se hubiera priorizado, y si se hubieran manejado los recursos de esta u otra manera, los resultados serían diferentes.
Como lo he mencionado anteriormente, uno de los retos que existen al escoger nuestras prioridades cuidadosamente y evitar el continuo desperdicio de recursos, y como estamos viendo hoy, la ocurrencia de una serie de consecuencias que pueden llegar a ser hasta fatales, es que estamos altamente comprometidos y apasionados en algunas áreas importantes de nuestras vidas y en otras no. En las áreas en que no lo somos, se requiere hacer uso de la responsabilidad, de la sensatez y de nuestro compromiso.
Este tema no es nada nuevo, sin embargo, lo nuevo aquí es que se comience a implementar un plan basado en prioridades para que a partir de hoy se comiencen a tener diferentes resultados. No debemos esperar a que algo dramático suceda en nuestras vidas o en nuestras empresas. Si no estás tomando decisiones en tu día a día basado en tus prioridades, y continuas sin tener un plan que te ayude a tomar decisiones de acuerdo con ellas, literalmente estas exponiéndote a un alto riesgo que puede llegar a tener devastadores resultados.
No esperes a que siga pasando el tiempo sin tomar las medidas correctas. Establece tus prioridades y mejora tu estrategia personal y empresarial con ayuda de un coach ejecutivo.
Pregunta: ¿Tienes un plan para tus prioridades?