Pocas cosas valiosas en la vida vienen rápidamente. Estamos acostumbrados al café instantáneo y a las cenas de microondas, pero el proceso de transformarnos a nosotros mismos para así apoyar la transformación de otros no ocurre de un día para otro. Los líderes con una mentalidad de microondas no tienen ninguna influencia o poder reales.
Veamos como la paciencia es un elemento fundamental necesario para lograr una consideración individualizada como un líder transformacional y cómo podemos mejorar nuestra habilidad de practicar la paciencia.
Los tiempos han cambiado y hoy en día vemos a los niños ser premiados en exceso por cualquier cosa pequeña que hagan. Recuerdo que no hace mucho, mi cuñada me envió fotos de mi sobrino recibiendo un trofeo, una medalla, y un diploma en una ceremonia que me recordó a mi graduación del doctorado. Todos los niños en esa escuela primaria estaban recibiendo premios mientras usaban toga, birrete y borlas.
Cuando le pregunté a mi cuñada cual era el gran logro, me dijo: Bueno, ¡es porque terminaron el año escolar! No me lo tomen a mal, sé lo importante que es reconocer los esfuerzos en cada parte del proceso; sin embargo, el que un niño de 1er año tenga una ceremonia de graduación casi doctoral solo porque hicieron su tarea y fueron a la escuela, creo que esta un poco fuera de proporción.
¿Estamos inculcando la mentalidad de microondas en la nueva generación? Si metemos algo al microondas, después de uno o dos minutos está listo para comer. Esto está entrenando a aquellos con poca paciencia a tener aún menos paciencia, y a aquellos que si tienen paciencia a adquirir una gratificación casi instantánea.
Muchos líderes a quienes conozco son altamente competitivos y tienden a ser impacientes. Miran, piensan y quieren moverse hacia adelante. Esto puede ser positivo, ya que estar un paso adelante es lo que se necesita para ser un líder, pero también puede convertirse en un reto; estar veinte pasos adelante puede convertirte en una víctima lista para perder el control.
Los líderes necesitan recordar que el punto de liderar no es cruzar la línea de meta primero o solos, si no llevar consigo a otros y apoyar su transformación.
Si estás corriendo muy delante de tu gente, estas perdiendo el elemento más poderoso que un líder transformacional puede tener: influencia.
¿Cómo podemos mejorar el hábito de practicar la paciencia?
- Revisa tus metas: Trabaja en tus metas a corto plazo, pero asegúrate de estar alcanzado tus metas a largo plazo. Si estás trabajando solo en las metas a corto plazo y no consideras las de a largo plazo, estas perdiendo la perspectiva en tu visión y misión.
- Reentrena tu mentalidad: tener la percepción correcta sobre las cosas valiosas de la vida te ayudará a comprender que “Cualquier cosa que vale la pena hacerla, vale la pena hacerla correctamente” (Hunter S. Thompson) y esto tomará tiempo, pero el producto final valdrá la espera.
- Confía en el proceso: incorpora la fe y la paciencia al confiar en ti mismo y en el proceso. Ni el éxito, ni tu propósito – el cual durará tu vida entera – ni la transformación necesaria para alcanzar niveles más altos de logros se lograrán en un día. Aprende a disfrutar cada día y a hacer de cada día uno lleno de éxito.
Recordemos que no hay liderazgo sin transformación, y que no hay transformación sin liderazgo. Practicar la paciencia es un hábito, así como una increíble habilidad que podemos aprender y mejorar día a día.
Si necesitas ayuda revisando tus metas, cambiando tu mentalidad en torno a tus metas, teniendo un plan claro que incorpore metas a corto y largo plazo que te ayuden a confiar en el proceso y a practicar la paciencia. ¡LEADINFORCE puede ayudarte! Contáctanos para discutir cómo.
Pregunta: ¿Cómo podemos mejorar el hábito de practicar la paciencia?