No necesitamos mirar muy lejos para darnos cuenta que la mayoría de personas a nuestro alrededor están ocupadas y que les abruma la falta de energía. Entre las demandas laborales y personales, hoy en día se invierten largas horas de trabajo que ocasionan excesivo cansancio físico, emocional y/o mental entre otros.
Examinemos porque el evitar la epidemia de estar ocupados, el administrar la energía y aumentar la productividad, es tan importante en el día a día.
Una de las épocas de mi vida estuvo enmarcada con una crisis de energía física. Las consecuencias no favorables fueron: el cansancio físico, el sueño, los problemas digestivos y muchos deseos de tomarme unas largas vacaciones. Tengo que admitir que tener un trabajo a tiempo completo, ir a la escuela, servir en un ministerio y cuidar de mi familia, aunque lo hacía de una manera muy organizada, regularmente exigía más horas de lo regular y en varias ocasiones estos horarios extendidos reducían mi energía física.
El articulo Gestiona tu energía, no tu tiempo, que presento el “Harvard Business Review”, enfatiza que el problema principal con trabajar más horas es que el tiempo es un recurso finito. Pero la energía es una historia diferente. Aclara que las cuatro áreas principales de energía en los seres humanos son: el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu.
Pero en realidad como lo dice Tony Schwartz, el CEO de “The Energy Project” debemos recuperar el enfoque para así ser más productivos, eficientes y saludables. El afirma que no estamos cambiando a la misma velocidad que el mundo está cambiando y que la tecnología está muy por delante de nuestra capacidad para gestionarla. Además, debemos propagar nuestra energía no solo para nosotros mismos, sino para nuestras organizaciones.
La mayoría de personas hoy en día tienen en su agenda más actividades de las necesarias, tratando de convertirlas en una prioridad. Esto es lo que crea esta epidemia de estar ocupados. En realidad, si todo es una prioridad nada es prioridad. Por lo tanto, el estar ocupados en un sinnúmero de actividades no significa que se es productivo o que se están teniendo los resultados que se desean. La solución no es estar ocupados es enfocarnos en lo prioritario y recobrar nuestra energía.
Entonces: ¿Qué puedes hacer para administrar y mantener tu energía?
- Re evalúa tus prioridades, desarrolla la estrategia apropiada para tener el enfoque correcto y evitar el continuo desperdicio de energía.
- Observa las cuatro áreas (física, espiritual, emocional y mental) que te brindan energía. ¿En cuál de ellas necesitas renovarte? Dedica un tiempo de reflexión y examina si alguna de estas áreas te proporcionan energía o por el contrario la reducen.
- Cuando sea necesario, intercambia tu energía. Por ejemplo, si después de una hora de hacer ejercicio sientes cansancio físico, pero mental o emocionalmente el ejercicio es algo que te ayuda a relajarte, esta energía puede equilibrar el agotamiento físico.
- Utiliza la estrategia correcta en cada área para renovar tu energía.
- Física: tener una alimentación balanceada y las horas de sueño necesarias, entre otros;
- Emocional: mantente positivo y relaciónate con quienes dan luz a tu vida;
- Espiritual: que tu propósito sea claro para traerlo a tu diario vivir; ora y relaciónate mejor con Dios;
- Mental: añade a tu agenda tiempos de reflexión, constante aprendizaje y la lectura de lo que te inspira.
Es fundamental mantener el balance en las cuatro áreas que te proveen energía. Adicionalmente, tener el enfoque correcto en tus prioridades te va a permitir utilizar tu energía en quienes y en lo que es realmente valioso para ti.
Pregunta: ¿Qué puedes hacer para administrar tus prioridades y mantener tu energía?