Es siempre muy gratificante concluir con éxito los proyectos que comenzamos. Al mantener una productividad constante, es posible llegar a la meta que planeamos. Más aun, desarrollamos nuestra capacidad de mantener el enfoque correcto. Sin embargo, no es el caso para muchos que pierden el enfoque en la mitad del camino, o comienzan proyectos que nunca terminan.
Examinemos lo que sucede cuando le prestamos demasiada atención a las demandas pequeñas, y observemos qué es lo que hace que algunos no terminen los proyectos que empiezan.
Algunos pueden afirmar que el cuidar de los pequeños detalles nos lleva a la excelencia. En efecto, en numerosas ocasiones estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia entre lo bueno y lo excelente. Desafortunadamente, cuando cuidar de estos detalles se convierte en algo excesivo la productividad se ve perjudicada.
En el ambiente laboral esta actividad excesiva es conocida como “micromanagement”. Este tipo de gestión regularmente genera inseguridades, temores y un evidente detrimento en la productividad.
En general, quienes practican este tipo de gestión:
- Se enfocan en observar y corregir pequeños detalles, muchas veces sin importancia, en vez de mantener el enfoque en la visión general.
- Temen delegar las tareas, pensando que otros nunca podrán hacerlo bien.
- Rechazan las iniciativas de otros si no son consultados constantemente.
- Desean conocer los procesos en detalle y comienzan a entrometerse en áreas que no son de su competencia.
- Continuamente cuestionan las decisiones de los demás para no perder el control sobre los demás o sobre los proyectos.
Este tipo de gestión puede ser ocasionada por el deseo de control, la incapacidad de delegar, o la falta de enfoque.
Las consecuencias a nivel organizacional pueden llegar a ser catastróficas, desde el deterioro de la creatividad y la innovación, esenciales para el crecimiento de toda organización, hasta la pérdida de los mejores líderes que abandonan la organización, debido a la presión continua con la que deben trabajar.
Existen maneras de mejorar esta tendencia hacia el micromanagement; algunas bastante eficaces son:
- Coaching ejecutivo, que personalmente creo es la mejor sugerencia y que da los mejores resultados.
- Desarrollar el liderazgo, cambiando el deseo de controlar y supervisar por la aspiración de influenciar y empoderar a otros.
- Enfocarse más en los resultados y no únicamente en el proceso.
- Utilizar estrategias para la creatividad y la innovación permitiendo el desarrollo del potencial de los demás.
Más aún, se crea un ambiente que desmotiva a los equipos debido a la pérdida de la creatividad y de la autonomía. Posiblemente una de las consecuencias más destructoras de cualquier proyecto o equipo es la visión reducida de un líder enfocado en los pequeños detalles.
No es sorpresa que exista estancamiento en muchos de los proyectos personales o empresariales cuando hay un excesivo enfoque en las tareas secundarias o insignificantes. Menos aún, no es sorpresa que muchos proyectos no se lleven a cabo debido a la falta de enfoque en una visión estratégica.
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Pregunta: ¿Estás prestándole demasiada atención a los pequeños detalles?